jueves, 12 de septiembre de 2013

La vulnerabilidad del alma

Tierra, arrúllame,
te hablo desde la orilla de tus ojos.
Mírame, aquí estoy, con mi cuerpo de león,
mis dientes de girasoles, mi boca girando al sol...
Mírame, mírame, no voltees a ver otro lado,
percíbeme, obsérvame, haciendo mi glissáth asamblé (ignoro cómo se escriben y no quiero encontrar el cómo).
Salto, salta, tómame, bailemos... consagremos primavera, Tierra.

Cierra tus nubes...

Ya no veas...

Sólo nosotras...

El cariño me va a reventar el pecho,
déjame regalarte otra cascada porque quiero sacarlo.
Tengo miedo,
el miedo de la enamorada.